Primero descubrieron la pasión, después encontrarían el amor…
Sólo se habían visto una vez, pero durante ese único encuentro, Jalia Shahbazi se había dado cuenta de que la vida que ella deseaba estaba en peligro. Así que huyó del país del que era princesa y regresó a Europa, donde podía ser ella misma y no la presa del hombre al que el pueblo llamaba el Halcón: el jeque Latif Abd al Razzaq Shahin. Y cuando vio que era imposible mantener la distancia, utilizó la única arma de que disponía. El anillo de otro hombre.
Pero Latif descubrió la mentira y supo que no había otro hombre, del mismo modo que adivinaba la pasión contenida de aquella mujer…