Annie Barimer llevaba toda la vida haciendo lo que debía hacer, y el resultado no era para tirar cohetes. Así que, cuando surgió la oportunidad de ocuparse de dos niñas en Europa, no dudó en hacer las maletas. Allí descubrió que las dos niñas eran dos princesitas, que iba a vivir en un castillo de cuento, ¡y que estaba enamorándose de un auténtico príncipe!
El príncipe Johann era todo lo que ella había soñado… y más. Guapo, altivo y al mismo tiempo tierno. Era prácticamente perfecto, pero nadie sabía si estaría dispuesto a participar en los sueños de Annie…