Natalie Collins trabajaba de contable y estaba absolutamente centrada en su trabajo. Prefería una vida lejos de los focos y de la fama, pero, desgraciadamente, el hombre que la volvía loca era una estrella de cine.
La bella y inteligente Natalie era la única persona en quien Chase Booker podía confiar. Él distinguía a la mujer fuerte y apasionada que se escondía tras su fachada de timidez, y su pasión era tan intensa y cegadora que estaba dispuesto a olvidar que pertenecían a mundos distintos...