¿Hasta dónde estaría dispuesta a sacrificarse una chica de ciudad para estar en los fuertes brazos de la ley?
Desde que la coordinadora de voluntarios Lissa Roarke apareció en el pueblo con su elegante maleta y su actitud cosmopolita, el sheriff Gage Christensen ha estado nervioso y malhumorado. Todo en Lissa parece molestar a Gage. Y, queridos lectores, ya sabéis lo que eso significa. Solo es cuestión de tiempo que esos dos extremos opuestos encuentren su camino… ¡juntos!
Pero el guapo sheriff de Rust Creek y Lissa tienen un duro camino por delante. ¿Podrán superar el Cielo de Montana y la Gran Manzana las primeras heladas?