La mayoría de los libros de historia se escriben para corregir otros libros de historia. La Breve historia de Inglaterra no es una excepción. Concéntrico a fuerza de excentricidad, irónico por convencido, paradójico por aparentemente extemporáneo, Chesterton quiso escribir una historia popular -cuando la mayoría de los relatos de la historia de Inglaterra eran extremadamente antipopulares-, en la que lo fundamental radicara no tanto en los acontecimientos en sí como en la importancia que éstos hubieran tenido. En palabras de Bernard Shaw, el autor de este libro fue "el más conciso y a la vez el más completo historiador que este país desamparado pudo encontrar".