La familia Goodenough ha dejado atrás la Nueva Inglaterra del siglo XIX para instalarse en los pantanos de Ohio y lleva consigo algunas ramas de su manzano favorito. Pero en el huerto que plantan se hunden también las semillas de la discordia entre James y Sadie Goodenough. Mientras James adora las manzanas dulces, Sadie prefi ere refugiarse en la sidra. Esas diferencias irreconciliables afectan a sus hijos y obligan al menor de ellos, Robert, a abandonar Ohio y buscar fortuna. El amor hacia los árboles, heredado de su padre, le acompaña en su viaje hacia el Oeste. Allí descubre el amor de la mano de una vivaz cocinera y, gracias a un comerciante de semillas, los secretos de las poderosas secuoyas. Entre estos árboles centenarios de California, encuentra consuelo y, con el tiempo, algunas respuestas.