Ante la emergencia ambiental, la "naturaleza" está de moda y, convertida ya en eslogan, corre el riesgo de convertirse en un artificio más. Por tanto, es necesario repensar radicalmente el concepto de naturaleza, confrontando la inteligencia de los Antiguos, en particular la de Aristóteles, con los desafíos posmodernos. ¿Es el hombre, ante la pluralidad de sus culturas, un ser natural? ¿Cómo se articulan naturaleza y libertad, o naturaleza y tecnología? ¿Por qué la colorida multitud de los seres humanos nos recuerda nuestra vocación de constructores de arcas?
Este breve ensayo analiza el biocentrismo romántico y el antropocentrismo desviado, y proporciona los elementos de una ecología verdaderamente integral.