Sébastien tiene catorce años y desde que sus padres están divorciados pasa los fines de semana con su padre en el campo. Un día, tienen que llegar allí antes de las ocho, así que el padre conduce a toda velocidad por pequeñas carreteras hasta que, en un instante de distracción, embiste a una mujer que en ese momento salía de su coche.
El padre de Sébastien se da a la fuga e intenta obligar a su hijo a que olvide el accidente. Sébastien es incapaz de hacerlo y decide investigar por su cuenta qué le ha pasado a la mujer. Así conoce a Loïs, hijo de la víctima, con quien comienza una amistad que pondrá a prueba su lealtad, sus miedos y su capacidad para resolver la situación más difícil a la que se ha enfrentado hasta ahora.