Diario de un reconocimiento de las guardias y fortines
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Félix Azara realizó el
Diario de reconocimiento de guardias y fortines que guarnecían la línea de frontera de Buenos Aires a pedido de Melo de Portugal, con quien había mantenido una buena relación durante su larga estancia en el Paraguay cuando éste era por entonces su gobernador.
La máxima autoridad del virreinato del Río de la Plata, por medio del oficio del 29 de Febrero de 1796, exponía los motivos de la misión y las plazas que componían la expedición:
«…procédase a hacer un prolijo reconocimiento de toda la frontera y sitios más adecuados a fundar las poblaciones según lo mandado por Su Majestad, a cuyo fin comisiono, con todas las facultades respectivas, al Capitán de Navío de la Real Armada, don Félix de Azara, en calidad de Comandante General de esta expedición…»
Concretamente, la expedición duró desde el 17 de marzo al 24 de abril de 1796, o sea, cuarenta y cuatro días, e hizo el periplo siguiente: Buenos Aires (puente de Márquez, San Isidro), Guardia de Luján-Fortín de Areco, Guardia de Salto-Fuerte de Rojas-Fortín de Mercedes (Cabeza de Tigre, Santa Fe), Fortín de Melincué (Santa Fe) y de allí durante dieciocho días siguiendo casi siempre la línea del río Salado hasta la Guarda de Chascomús para seguir el derrotero hasta la Guardua de Ranchos-Guardia del Monte Fortín de Lobos y por último el Fortín Navarro.
En el
Diario de reconocimiento de guardias y fortines Azara señalaba que la política en relación a la frontera debía ir de la mano de una política de poblamiento para que de esa manera, con una eficaz defensa de los aborígenes de la región, fuera aprovechable la riqueza de la campaña, la protección de las haciendas y de la capital del virreinato rioplatense.