Es práctica común interpretar los textos bíblicos ignorando su cuna y aislados de sus contextos, de lo que resultan anacronismos y distorsiones. Esto es grave cuando se trata de temas vitales como el divorcio, que se leen, además, como productos de un Jesús legislador y evangelistas amanuenses, sobre los cuales se retroproyectan prejuicios doctrinarios foráneos. Diferente es la lectura informada y contextual de la exégesis, que escucha los textos como testigos de la vida misma. Es lo que este libro propone. En la primera parte Eduardo Arens se centra en los condicionamientos socioculturales en los tiempos bíblicos. Acto seguido procede a un estudio crítico de los pasajes bíblicos que hablan de divorcio. Finalmente, consciente del cambio de paradigmas, pregunta en clave comunicativa por su traducción para el mundo postmoderno.