En lo más profundo de Australia... había un hombre que nunca había dejado de amarla.
Christine iba de camino a casa, una ciudad llena de agridulces recuerdos pero que también era el hogar del único hombre al que había amado en su vida: Mitch Claydon.
Mitch recordaba a Christine con rabia; él la había amado con todo su corazón, incluso le había pedido que se casara con él, pero ella había preferido vivir lejos de Koomera Crossing... Después de tanto tiempo y, a pesar de sus intenciones, Mitch tenía que admitir que Christine seguía tan bella como siempre...