Lucía, Li, Martina y Fouad viven un verano interminable, caluroso y aburrido, y ni siquiera pueden comprarse un helado porque la tienda del señor Moha está cerrada por vacaciones. El único consuelo es que han abierto una nueva heladería, pero los helados que venden son tan caros, y tan raros... Necesitan una nueva aventura. Así que cuando Martina comenta que su padre llega a casa muy pronto del trabajo últimamente porque hay muy poca basura en el barrio para recoger deciden salir a investigar. Ataviadas con sus trajes ninjas esa misma noche salen a descubrir que el tren de la heladería nueva recoge las basuras y las lleva a una extraña nave escondida. La aventura está servida.