Con su claridad y su humor habitual, Osho continúa desmenuzando en este volumen II las inmortales enseñanzas de Lao Tse: Lo importante es fluir, fluir como el río. No luches contra el mundo, fluye.
Una vez Mulá Nasrudin cabalgaba sobre su asno a toda prisa hacia alguna parte. Pasó por un mercado y la gente le preguntó: Nasrudin, ¿dónde vas tan rápido?
Él les dijo: Preguntad al asno. He aprendido que es inútil luchar. Cuando quiero ir a algún lugar, él se resiste. Pero es un asno y puedo perdonarlo; soy un hombre comprensivo. Si él es incapaz de ir donde yo voy, yo sí puedo ir donde él va. Así que preguntad al asno. Es lo que todos los sabios han dicho: Pregunta al asno. Y deja que el asno vaya donde quiera; tú simplemente síguele. Tu cuerpo es el asno, el caballo. Pregunta al cuerpo, fluye con él... y llegarás. No luches con el cuerpo. El cuerpo es sólo un símbolo: el mundo es tu cuerpo. No luches contra él. Fluye. Fluye con el río. Ni siquiera nades porque eso también es luchar sutilmente. Sólo fluye con el río. Cuando luchas surgen los problemas, aparecen las enfermedades, vienen las neurosis y surgen en ti toda clase de angustias.