«En el tarot de Marsella, la carta número 7 muestra un príncipe conduciendo un carro tirado por dos caballos. El caballo de la derecha debe llevarlo al futuro; el de la izquierda, al pasado.
El príncipe trata inútilmente de desprenderse del pasado y de conquistar el futuro. Entre la voz de su interior y la voz de su abuelo, no se encuentra el tiempo, sino el silencio del alma».