A solicitud de la Real Academia de la Historia, Gaspar Melchor de Jovellanos realizó un informe sobre los juegos, espectáculos y diversiones públicas frecuentes en las provincias españolas, que sería hecho público en verano de 1796. Ahora, doscientos años después de la muerte de su autor, el texto continúa sorprendiendo por su vigencia en asuntos como la necesidad de utilizar el teatro -léase ahora la televisión- como herramienta educativa, lo que obligaría a quitar todas las obras en cartel. Y las críticas a los espectáculos taurinos, prohibidos por orden real en la época de Jovellanos, asunto que ya por entonces dividía a la población.