Jared Granger se dedicaba a salvar vidas, pero una lesión había hecho que de repente el paciente fuera él, y eso no le gustaba lo más mínimo... Hasta que se puso en manos de su guapísima fisioterapeuta. Broke Lewis era una mezcla de santa y seductora...
Y, desde luego, no era inmune al encanto de aquel atractivo cirujano y soltero convencido. Mantener la distancia profesional con él se estaba convirtiendo en una verdadera proeza, y más desde que había tenido que empezar a darle la terapia en su maravilloso retiro de fin de semana. Una cosa era ayudar a un paciente, y otra muy distinta enamorarse de él.