El peligro de querer controlar lo que escapa a nuestro control.
En el mundo hay dos naturalezas, la que vemos y la que no vemos, por ello no podemos negar la existencia de la segunda cuando desconocemos parte de la primera. En ocasiones el destino te sitúa donde nunca deberías haber llegado, pero todo sucede por alguna cuestión.
Una familia de vacaciones, por azar, encuentra un pueblo derruido, pero al día siguiente, al volver al lugar, el pueblo no existe. Hay fuerzas a las que no debemos retar; hay energías que escapan a nuestro control, pero pueden ser controladas. Estos padres se verán obligados a luchar por la supervivencia propia y la de sus dos hijos, pero nunca imaginarían las consecuencias de ello, y cómo su lucha podría acabar con el sufrimiento de otras 'personas', durante cientos de años.
En España hay algunos lugares a los que sólo es posible llegar en algunos momentos, por determinados lugares, pues no están en nuestra dimensión. Hay personas que se pasan la vida intentando acceder, se suceden años y años de investigación y pruebas de campo y hay personas que acceden por error.