Las sociedades espíritas fraternales serán construidas por hombres y mujeres más dóciles, gentiles, seguros y más amigos. La creación de estas nuevas relaciones es la garantía de un buen aprendizaje utilizado, fomentando una mejor asimilación de los contenidos y su posterior aplicación en el desarrollo de las habilidades morales y emocionales, tan escasa en la convivencia entre las criaturas de la presión en las luchas de la vida terrenal. Tendremos así, más afecto y bienestar para convivir y una mayor motivación para servir y aprender.