En la repisa del cuarto de Mariana están sus juguetes: el oso, el payaso, la muñeca y el tren. Todas las noches ella intenta contarles un cuento pero siempre se queda dormida antes de terminar. Una vez, Mariana se dio cuenta de que sus juguetes estaban extraños, como con una emoción particular. Algo maravilloso estaba por suceder.