Aparentemente, El viaje relata un periplo de dos semanas, realizado en 1986, por la entonces Unión Soviética para conocer la experiencia de deshielo político que ocurría en aquellos lugares. Pero ya en la primera entrada de su diario, Pitol se las ingenia para dislocar la realidad, al grado que al acabarlo sólo sabemos que leímos un libro genialmente construido entre el sueño y la vigilia, sin saber dónde estuvo el límite que los separaba.