En {Grey}, Alberto Chimal ha decidido, de heterodoxo, devenir iconoclasta y heresiarca. Y con su recorrido, demuestra que todo texto sagrado es un ejercicio de estilo, un conjunto de reglas que si se comprenden permiten el juego, el gozo, la infinita alegría de la modificación subversiva. En este libro inclasificable se oyen, junto a las voces de la ciudad y su infinita mezcla de clases, las bibliotecas interminables de la lengua y de las lenguas, las contaminaciones abiertas de los medios más ramplones de comunicación y las profecías tonantes de un siglo nuevo de magnífica literatura.