No son muchas las narraciones de la vida de María que se circunscriban a los datos de la Escritura, pero es tal la intensidad de esos pasajes que el autor se ha atrevido a explayarlos, en lenguaje común y directo, con el fin de acercarlo a los lectores actuales.
Esta decisión de difundir la figura de María a través de sus hechos, dichos y silencios, sin apenas comentarios o citas, no le impide recrear con la imaginación lo que se desprende del propio texto, logrando unas páginas muy bellas que facilitan la contemplación amorosa de la criatura más incomparable que ha existido, después de su propio hijo.