Estaba a punto de convertirse en la nueva directora ejecutiva… y su ex era lo único que se interponía en su camino.
Cuando Esmeralda Sambrano-Peña heredó inesperadamente el imperio audiovisual de su padre, la noticia levantó ampollas. Nadie se sintió más contrariado que Rodrigo Almanzar. Esmeralda sabía que el protegido de su padre, y examante suyo, quería dirigir la empresa. Para empeorar aún más la situación, la pasión renovada entre ellos se hacía más innegable después de cada reunión de medianoche. ¿Demostraría Rodrigo que podía ser el socio perfecto en los negocios y en el placer… o más bien la ruina profesional de Esmeralda?