Este libro ha sido escrito para que no se vayan. En estas páginas se unen el pasado y el presente. Renacen los muertos, los anónimos tienen nombre: los hombres que alzaron los palacios y los templos de sus amos; las mujeres, ignoradas por quienes ignorar lo que temen; el sur y el oriente del mundo, despreciados por quienes desprecian lo que ignoran; los muchos mundos que el mundo contiene y esconde; los pensadores y sentidores; los curiosos, condenados por preguntar, y los rebeldes y los perdedores y los locos, que han sido y son la sal de la tierra.