Un texto contundente, radical, políticamente incorrecto, escrito sin cortapisa alguna, con una crítica directa al corazón mismo del mundo gay, a quienes, en su seno, pusieron en marcha una maquinaria servida por la lógica del capital que ha contribuido a hacer de lo que era (y debe seguir siendo) reivindicación un gran negocio, amparado, como no puede ser de otra forma, por una marca que, "alegre y divertida", en lugar de liberar, genera discriminación y marginación.