Nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tal despertar a las grandes posibilidades del poder del pensamiento correcto como ahora estamos presenciando en todos los países civilizados. Las escuelas metafísicas están surgiendo bajo diferentes nombres en todas partes del mundo iluminado. La gente se está apoderando de pequeñas porciones de una gran verdad divina, un nuevo evangelio de optimismo y amor, una filosofía de dulzura y luz, que parece destinada a proporcionar un principio universal sobre el cual la gente de todas las naciones, de diversas filosofías y credos, pueda unirse para el mejoramiento de la raza.